¿Sabes que a veces un gesto dice mucho más que mil palabras? ¿Sabes que un entrevistador con experiencia puede darse cuenta que mientes con solo mirar tus ademanes y movimiento? Si no lo sabías, te cuento que hay técnicas que emplean psicólogos y psiquiatras para determinar cuando una persona dice la verdad, está ocultando información o simplemente no confían en lo que ella misma dice.
Como sabrás, en una entrevista de trabajo se evalúa absolutamente todo, desde cómo te vistes, cómo saludas, qué respondes hasta tu gesticulación.
Los psicólogos profesionales afirman que los gestos son muy difíciles de controlar. De hecho, por más que uno lo intente siempre terminan aflorando porque responden más al inconsciente que al consciente de la mente.
Si bien, controlarlos es difícil en este artículo te daremos tips y consejos para evitar realizar gesticulaciones que disminuyan el atractivo profesional de tu presentación. También habrá consejos sobre aquellos puntos y acciones a llevar a cabo para resulta más confiable y elegible.
No olvides que tus ademanes son una parte importante de todo aquello que conforma la comunicación no verbal y son el complemento que afirma o niega tus dichos.
Gestos que debes hacer en una entrevista de trabajo
La sonrisa en sociedades occidentalizadas
Preocúpate por esbozar una sonrisa sobre todo en el inicio de la entrevista. Está probado que una cara sonriente genera más empatía que una seria. Por supuesto que se habla de una sonrisa natural, en caso fingir y mostrar artificialidad, el efecto será negativo.
Tener una sonrisa natural agrega un plus al contexto laboral ya que en líneas generales es relacionada con la inteligencia empática y social. Existen estudios que afirman que la sonrisa se asocia de forma inconsciente con este tipo de inteligencia. En pocas palabras, si sonríes parecerás más inteligente, abierto y predispuesto.
La mirada
Siempre debes mirar a tu interlocutor a la cara. Jamás se debe bajar la vista ni mirar hacia el suelo. Ese simple gesto es un indicio inequívoco de huida.
Los gestos
Realiza pequeños gestos que refuercen tus palabras. Esto no quiere decir que debes moverte constantemente sino que debes utilizarlos con discreción y decoro. Ir al otro extremo de permanecer absolutamente inmóvil es una pésima idea.
Posición erguida
Durante toda la entrevista la postura debe permanecer erguida, nunca curva ni apoltronada. Esto último puede ser interpretado socialmente como una actitud de gran desgano, timidez o lentitud.
Algo que habrá que evitar a toda costa será jugar con accesorio tales como los anillos, o realizar la acción de retorcerse las manos, jugar con un bolígrafo, tocarse el pelo o mover las manos sin sentido. Esas son conductas que pueden denotar ansiedad, miedo, inseguridad y estrés. Es muy probable que un empleador huya de alguien con esas características.
La voz
Cuestiones como el timbre y la cadencia de la voz son muy difíciles de controlar, pero sí se puede ejercer un absoluto control en la velocidad del discurso. Será recomendable hablar de forma pausada y con una buena modulación. Esto hace que uno parezca calmo en lugar de estresado. No hay que olvidar que cuanto más nervioso se está, más rápido se habla. Hablar lento demuestra un gran control sobre sí mismo y un buen grado de autoconfianza.
Los buenos modales
Ser cortés y educado es la base para una buena entrevista. Al tomar un primer contacto con el entrevistador se lo deberá saludar correctamente. Espera que el haga el primer ademán de saludo porque así sabrás si debes dar un apretón de manos o simplemente un saludo general.
Jamás se deben utilizar palabras vulgares. En una entrevista debes mostrarte como un verdadero profesional. Demuestra que sabes comportarte correctamente. Un empleado es parte de la imagen de una empresa.
No estaría de más tener en cuenta cómo ir vestido/a a la entrevista, para empezar con buen pié. Y siempre llevar un curriculum.